Rafael-Angel

162 días transcurridos de un año perdido en la eternidad. Por la ventana un rayo de sol refleja sobre la pared mi silueta sudorosa.Cada gota de sudor emana la ilusión de un ser flotando en el universo virtual...Hola.

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08 julio 2006

Espinho, paradigma de contradicciones

por Rafael Ángel Fernández

Espinho se despierta con legañas que le impiden ver el sol antes de mediamañana, el tañido de las campanas anuncia al alba la inminente llegada del tren que desde 1870 recorre su espinazo de arriba abajo. Hasta entonces los pescadores eran sus únicos habitantes. Habían llegado atraídos por la abundancia de pesca en la zona. Sus hogares fueron, primero las propias bateiras vueltas al efecto, luego refugios en la arena y posteriormente los palheiros, surgiendo así el primer núcleo poblacional, posiblemente en torno al siglo XVII… (1) “O primeiro movimiento para a independencia de Espinho nasceu na Praia, por volta de 1808, con a construçāo da velha e muito querida Capelinha dos Galegos ou de Nossa Señora da Guia. Ao palheriro de uma porta e uma janela ou de dois pisos, coberto de telha-va, cabe a honra de ter sido o primeiro lar, o primeiro estabelecimiento de ensino e a primeira porta aberta ao comércio, à profissāo liberal e á indústria de Espinho. A taberna ou “tasca” o seu primeiro centro de convívio. A primeira infra-estrutura de abastecimiento de água à populaçāo nasceu com a abertura do poço comum da Praça Velha Uniāo, o poço do ti Geno”.
Pronto se va gestando una incipiente industria basada en la mar: salazones, fábricas de conservas, etc, que atrae la inmigración, sobre todo gallega. Las playas son adquiridas en concesión por particulares, generando el desarrollo del sector servicios y proliferando nuevas iniciativas como la turística: alquiler de palheiros, banheiros, ocupados en dispensar a los turistas un buen baño en la playa, barracas, zonas acotadas para disfrutar del nudismo, comerciantes, etc.
Los distintos maremotos acaecidos en Espinho desde el siglo XIX, le ha hecho renacer varias veces y alimentar mitos y leyendas aún hoy presentes entre los espinhenses. Vida y muerte adquieren un sentido especial manifestado en
los rituales funerarios actuales. Una comitiva fúnebre acompaña a pie al difunto hasta el cementerio. El cortejo lo abre un rapavelas portando un cruz, inmediatamente la funeraria con el sacerdote y el féretro entre ramos y coronas florales, a continuación los familiares más cercanos llevan una bandeja con la llave del ataúd, un sudario, fotos del difunto, etc., y por último el resto del séquito: familiares, vecinos, compañeros, amigos, todos de riguroso luto. En el cementerio abren la caja para darle el último adiós al muerto. Depositado el sarcófago en la fosa, arrojan un puñado de tierra y flores, dando por concluida la ceremonia. El cementerio se mantiene siempre en perfecto estado de revista.
Cuando se entra en la villa a través del Pontón un hermoso litoral dorado con caireles
azules y blancos oceánicos nos adentra en un remanso de paz, banderas azules garantizan su pulcritud, la linha azul, senda listada, conduce al caminante hasta Oporto entre jardines botánicos, acuarios, muelles naturales, capillas, mansiones burguesas, piscinas municipales y villas marineras.
En Paramos, excavaciones arqueológicas han dejado al descubierto un castro (Ovil) que
posiblemente haya sido en su época el centro administrativo de toda la comarca.
La urbe con sus ruas numeradas al estilo neoyorkino, focaliza el ocio en el casino solverde, la vida religiosa en la iglesia matriz con sus capillas satélites de ornamentación marinera, la actividad cultural en el centro multimedios (planetario, eventos musicales, artes plásticas, cine, etc.) y polideportivos, estadios y campos de
golf, la salud en el hospital y el balneario de talasoterapia, la cosa pública en el Ayuntamiento, escuelas, bomberos, etc. el aspecto comercial en los hoteles y restaurantes del paseo marítimo, las tiendas de la calle 19, donde se puede adquirir moda internacional así como sardina fresca, los mercados y sobre todo la feria semanal de los lunes entre las ruas 27 y 41. Aquí se puede comprar joyas de oro, simientes, flores, ropa, pescado, carne, fiambre, queso, pan, artesanía, etc. El sistema de pesas y medidas es propio del lugar.
Las gentes son amables, nobles, abiertas, sencillas. Los distintos estratos sociales son inapreciables en fechas como el 1 de julio de 2006, que con motivo del pase a los cuartos de final de la selección portuguesa de fútbol, una espontánea manifestación de júbilo se echó a la calle: peatones, bicicletas, motos y coches de todas las cilindradas, vehículos de toda clase y condición hacían vibrar los pavimentos con sus bocinas, cantos y bailes.
(1) Espinho profundo: Fernanda Miguel